Por un momento te invito a pararte a pensar en tu propia vida. ¿Cómo estás?, pero no un «Cómo estás: bien, gracias y tú», más bien te sugiero a mirarte a ti mismo por dentro y tratar de contestar lo más sinceramente posible.
Muchas personas creen que su vida es un desastre, o lo que es peor, un infierno, pero no hacen nada por salir de ahí, o al menos, parece que nada funcione. Lo primero que hacen es echar la culpa de su situación a algo o a alguien, y quedarse ahí estancados esperando a que las cosas cambien por sí mismas, llegando a encontrar un lugar «cómodo» del que en realidad no quieren salir por miedo a lo desconocido o a los riesgos que puedan implicar.
Es muy importante tomar la responsabilidad propia y empezar a cambiar desde dentro de uno mismo. Para ello es clave nuestra mente, nuestra manera de pensar. Nuestro cuerpo, voluntad y emociones no harán nada que no les permita la mente. Si pensamos que no podemos, no actuaremos y como consecuencia, no podremos. Tenemos que cambiar nuestra manera de pensar, para cambiar nuestro interior, nuestra vida y hasta nuestro entorno. Los pensamientos tóxicos o limitantes, emiten frecuencias negativas, nos paralizan, nos entierran. Por eso es clave ejercitar la mente hacia lo positivo como si fuera un músculo, Pensar repetidamente en positivo, afirmar y declarar a uno mismo frases motivadoras y positivas, harán que todo nuestro enfoque cambie.
Para ello el mejor motor es la esperanza, la confianza en que hay algo más por descubrir, por conseguir y que tú eres capaz de lograr todo aquello que te propongas si realmente quieres y estás dispuesto a dar los pasos hacia ello.
Es un camino por recorrer, es un puente que atravesar, y nadie lo puede hacer por ti, solo tú.
Créeme, puedes quedarte ahí parado en tu situación actual, o puedes encontrar un camino hacia la luz.
Alberto Rodrigo