1. OBSERVAR: Sea cuál sea la emoción que sienta, trataré de observarla desde fuera sin juzgarla, sencillamente definiendo qué tipo de emoción estoy sintiendo en ese momento, ya sea positiva o negativa.
2. ACEPTAR: Doy la bienvenida a esta emoción, aunque sea negativa, ya que todo lo que resiste, persiste, por lo que incluso si quiero librarme de ella es importante aceptarla, entender su propósito, y la razón por la que esta emoción ha venido a mí, para comprender qué es lo que quiere decirme.
3. DESVINCULARSE: Yo no soy mi emoción. Entender esto es clave. Una cosa es lo que siento y otra lo que soy. La emoción es algo que estoy sintiendo y que está ocurriendo, pero yo no soy dicha emoción.
4. DECIDIR: Una vez consciente de la emoción que estoy sintiendo tomo la decisión de eliminarla (porque es negativa), o disfrutarla (porque es positiva).
5. ACTUAR: Elijo el momento presente, el AHORA para: a) Si es una emoción negativa, liberarme de ella, simplemente fluyendo y permitiendo que esa emoción me abandone de la misma forma que vino a mí, dejando que siga su camino, una vez que haya entendido su propósito; o b) Si es una emoción positiva, dejar que fluya en mí, aprovecharla, disfrutarla sin miedo a perderla, sino dejando que siga su curso y su propósito en el momento en el que vivo.
Alberto Rodrigo