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El camino de la vida

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La vida se presenta de maneras diferentes para cada uno, dependiendo del momento que se esté viviendo, del enfoque que se le dé a las cosas, de los valores y creencias de la persona, de la manera de gestionar los acontecimientos, o de las metas personales. He estado pensando en ello estos últimos días, tomando como referencia mi propia vida con sus diferentes estadios y he podido reconocer los siguientes:

1- La vida como una carrera: A veces me he encontrado con una sensación de urgencia constante, etapas en las que todo iba de prisa, no había tiempo más que para correr sin mirar atrás, y cumplir las responsabilidades que tenía. En algunos momentos lo he disfrutado, porque la pasión era lo que me movía a tomarlo como una carrera, pero en otros, el estrés ha sido el motor, y al final las consecuencias no fueron buenas. ¿Para qué correr?…

2. La vida como un laberinto: En otras ocasiones me he encontrado en un laberinto del que no era capaz de salir, acotado por muros alrededor que me impedían ver la salida, algunos de esos muros construidos por mí mismo, por mis creencias limitantes, y otros quizás aprendidos o adquiridos por el entorno en el que me movía o en el que había crecido. Hasta que no fui capaz de reconocer que yo era el único responsable de la construcción de esos muros, no logré salir de ese laberinto. Se pierde mucho tiempo dando vueltas, pero también se aprende, y lo más emocionante es el día en el que, no tanto es que encuentres o no la salida, sino que uno mismo derriba los muros, deja que se caigan y de repente es capaz de ver todo el paisaje a su alrededor. ¿Para qué enjaularse?

3. La vida como un crucero ajeno: Esta ha sido otra etapa en mi vida, en la que por un lado me sentía muy seguro y cómodo con todo lo alcanzado y con lo que tenía, un hermoso y gran barco, con todas las comodidades y servicios, un gran crucero, pero con un pequeño-gran problema, y es que yo no llevaba el timón. Era un barco dirigido por otros, navegando en la dirección que otros marcaban, por lo que yo me sentía a la deriva, como anestesiado por el lujo, sin voz ni voto; era la sensación de estar viendo la película de mi vida, pero interpretada por otro, y yo queriendo parar la función para poder dirigir mi propia vida, una pesadilla. ¿Y quién maneja tu barca, quién?

4. La vida como camino: Me costó bastante descubrir que la vida es un simple, pero a la vez emocionante camino. Un camino en el que uno traza su propia senda, donde uno anda y retrocede, a veces corre y otras se para, pero en todo momento es consciente de que está en un camino, en un proceso de aprendizaje constante, siendo responsable de uno mismo, sin juicios, sin culpas; un camino donde los errores no son más que el impulso y la oportunidad para seguir aprendiendo. Un camino donde lo importante no es tanto la meta, sino el propio descubrimiento de uno mismo y de su propio camino. Un camino lleno de encuentros con otros, personas a las que llamaré regalos; algunos te acompañarán de por vida, con otros te cruzarás de vez en cuando, y esos encuentros serán fiestas, tesoros encontrados. Otros quizás, te acompañarán en un tramo del camino, y no los volverás a ver, por lo que sea; algunos dejarán una huella y una semilla en ti que durará toda la vida, y otros sencillamente tendrás que soltarlos, dejarlos ir, y quizás hasta olvidarles.

Cuando uno acepta la vida como un camino, con sus rosas y espinas, con sus baches y llanuras, con sus cuestas y descensos, con sus días y sus noches, pasando frío o calor; es cuando somos capaces de mirar al cielo y ser conscientes del gran regalo que se nos ha dado y se nos da cada día. Entonces, es el momento de decir GRACIAS, a quién tú quieras, gracias a Dios, a la naturaleza, a la vida, al amor, o a los regalos de esos maravillosos encuentros.

Alberto Rodrigo

10 pautas para mantener tu energía

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1- Aléjate de las personas «tóxicas», que sólo vienen para compartir quejas, problemas, historias desastrosas, miedo y juicio de los demás. Si alguien busca un cubo para echar su basura, procura que no sea en tu mente.

2- No debas nada a nadie. Paga tus cuentas a tiempo y al mismo tiempo cobra a quién te debe o elige dejarlo ir, si ya es imposible cobrarle. Las deudas no caducan con el tiempo, aunque la ley te proteja; sé responsable, es mejor hacer un plazo de céntimo a céntimo, que perder tu preciada energía y tu palabra.

3- Cumple tus promesas. Si no has cumplido, pregúntate por qué tienes resistencia. Siempre tienes derecho a cambiar de opinión, a disculparte, a compensar, a renegociar y a ofrecer otra alternativa hacia una promesa no cumplida; aunque no como costumbre. La forma más fácil de evitar el no cumplir con algo que no quieres hacer, es decir NO desde el principio.

4- Haz lo que te gusta. Elimina en lo posible y delega aquellas tareas que no prefieres hacer y dedica tu tiempo a hacer las que sí disfrutas. Aunque no debes de huir de responsabilidades y no todo el tiempo es factible, muchas veces por puro control o por no darnos el permiso, seguimos perdiendo tiempo en nimiedades y abandonando lo verdaderamente significante en nuestras vidas.

5- Descansa. Date permiso para descansar si estás en un momento que lo necesitas y date permiso para actuar si estás en un momento de oportunidad. La naturaleza, tiene ritmos y tu vida también. No actuar en el momento idóneo te quita energía y no parar cuando lo necesitas, también.

6- Ordena tu vida y tu entorno. Tira, recoge y organiza, nada te roba más energía que un espacio desordenado y lleno de cosas del pasado que ya no necesitas. Uno por uno, toma cada papel, cada recuerdo y hasta cada sueño y elige.

7- Cuida tu cuerpo. Da prioridad a tu salud, sin la maquinaria de tu cuerpo trabajando al máximo, no puedes hacer mucho. Toma sol por las tardes, medita, respira, báñate en el mar, haz ejercicio en la naturaleza, escucha tu cuerpo y elimina las toxinas.  Comprueba si te faltan minerales o vitaminas. Aliméntate con comidas orgánicas (sin pesticidas) y frescas; trabaja en la prevención para evitar la crisis de una enfermedad (el aviso de un cuerpo sin energía).

8- No te resignes. Enfrenta las situaciones tóxicas que estás tolerando, desde rescatar a un amigo o a un familiar, hasta tolerar acciones negativas de una pareja; y toma la acción necesaria. Resignarte a una situación y sentirte que no tienes control, sólo conseguirá drenarte.

9- Acepta. No es resignación, pero nada te hace perder más energía que el resistir y pelear contra una situación que no puedes cambiar. Siempre puedes elegir tu camino y fluir sin apegos hasta llegar a tu orilla a salvo.

10-Perdona, deja ir una situación que te esté causando dolor, siempre puedes elegir dejar el dolor del recuerdo.

«El amor es la fuente más grande de energía, mientras que los miedos, el rencor y la ira son los bloqueadores más frecuentes. Enfócate en el presente, vivir en el pasado o vivir en el futuro, solo te impedirán disfrutar del presente. 
Recuerda que la vida es un regalo, agradece cada latido de tu corazón, úsalos con conciencia, no los desperdicies y serás feliz, latido por latido».

(texto original de autor desconocido. Adaptación Alberto Rodrigo)