Me encuentro en el Reino Unido pasando unos días de descanso y aprovechando a escribir. Estoy en un pueblecito pequeño llamado Nether Heyford en el centro de la isla, apartado de la fascínate ciudad de Londres, y disfrutando del paisaje, de las casas rurales con chimenea que conservan ese británico aroma antiguo y cálido que tan bien saben mantener los ingleses…
Hoy me gustaría jugar con la palabra gracia en todas sus variantes y significados, o al menos en aquellas que encuentro más interesantes. En la cultura en la que vivimos, y en la sociedad en la que convivimos, nos son muy familiares términos y expresiones tales como: ser gracioso, tener gracia, ser agradecidos…
Y me encantaría empezar diciendo que no concibo un mundo sin humor: ser gracioso, hacer gracia… y sin gratitud: ser agradecidos. Creo que estás dos apreciaciones o significados acerca de la gracia son esenciales, nos alegran y mejoran nuestra vida. Pero dejémonos sorprender por otros significados que la Real Academia de la Lengua cita y que quizás no estén “tan de de moda”:
GRACIA:
- Cualidad o conjunto de cualidades que hacen agradable a la persona o cosa que las tiene.
- Atractivo independiente de la hermosura de las facciones, que se advierte en la fisonomía de algunas personas.
- Don o favor que se hace sin merecimiento particular; concesión gratuita.
- Afabilidad y buen modo en el trato con las personas.
- Habilidad y soltura en la ejecución de algo.
- Benevolencia y amistad de alguien.
- Perdón o indulto de pena que concede el poder competente.
- En el cristianismo, favor sobrenatural y gratuito que Dios concede al hombre.
- Proeza, hazaña, mérito.
- Auxilio de carácter ocasional dado por Dios a la criatura.
- La que ayuda a la voluntad cuando esta quiere el bien y lo practica.
- Dones naturales beneficiosos para la vida, especialmente el aire y el sol.
- Cualidad estable sobrenatural infundida por Dios en el espíritu.
- La que, antecediendo al albedrío, cura el alma o la mueve y excita a querer y obrar el bien.
He remarcado en negrita aquellas definiciones que me hacen vibrar y escuchar el dulce sonido de la gracia y me encantaría que cantaras esta suave melodía conmigo. Sobre todo me apasiona la última definición: «La que, antecediendo al albedrío, cura el alma o la mueve y excita a querer y obrar el bien.»
¿Te gustaría hacer de este mundo un lugar lleno de gracia? Yo voy a poner mi parte, tú puedes poner la tuya si lo deseas.
¡Gracias y mucha gracia!
Alberto Rodrigo