Imagino que no es la primera vez que has escuchado este término o alguno parecido, como: personas desaconsejables, con “mal rollo” o “mala energía”. Yo mismo he escrito algo en el pasado acerca de ello e incluso he compartido alguna de esas fotos con mensaje o post en twitter al respecto, algo así como “¡Aléjate de tales personas que chupan tu energía!”. El caso es que he dado muchas vueltas al tema, y las sigo dando, y en esta “lavadora” mental que afortunadamente todos poseemos, me encantaría incluirte a ti, sí a ti que lo estás leyendo, para que juntos descubramos quizás algo nuevo. Eso es lo bueno que tiene la cabeza, que es redonda para que podamos cambiar fácilmente de dirección cuando sea necesario, aprender, evolucionar, crecer…
Me considero una persona bastante intuitiva y sensible a la hora de percibir la “energía” que transmiten las personas que me rodean o el ambiente que hay en un lugar. Pero te diré un secreto en voz baja y en pequeñito: y es que no siempre acierto. ¿Y sabes por qué? Yo no sé por qué acierto muchas veces, pero sí creo saber por qué no: porque es muy complicado definir la barrera entre la intuición y el juicio o incluso la propia susceptibilidad. Muchas veces lo que realmente nos sucede es que nos vemos reflejados en esas personas “tóxicas” y eso nos delata e incomoda. Pero no siempre es éste el caso. Alomejor es posible que sencillamente nos encontremos en un momento o etapa de nuestras vidas en las que estamos más vulnerables y necesitemos personas que nos aporten y no tanto que nos “roben” la poca energía que tenemos; pero creo que eso no nos da derecho a considerarlas como “tóxicas”. Simplemente, reconozcamos que no es lo mejor ahora mismo pasar tiempo con ellas para protegernos y punto, si es que no podemos hacer más.
Pero como lo que a mí me gusta es resolver, le he estado dando vueltas y creo que hay un remedio para afrontar y ser un canal de “sanación” frente a este tipo de personas que estigmatizamos (o incluso ellas mismos se estigmaticen) como tóxicas, y es el amor, la compasión, la empatía…, tratar de entender qué es lo que ha provocado que esa persona reaccione así. Te aseguro que el amor rompe multitud de barreras, salta obstáculos, disuelve el miedo, el rencor, “el mal rollo” y puede cambiar en unos segundos la actitud de una persona o el ambiente de un lugar.
Así que te propongo y me propongo que dejemos de ver y etiquetar a estas personas como tóxicas y dejemos que el amor fluya y haga su trabajo.
¿Me ayudas a ser medicina para el alma, aroma y luz para este tipo de personas o situaciones? Cuento contigo.
Alberto Rodrigo
Parece q se han puesto de moda los cursos yo yossss q inculcan el pasártelo bien y alejarte de todo lo complicado, triste o sencillamente pragmàtico y comprometedor. Y mientras en el cole enseñan a tender la mano a aquel màs tímido, a jugar con el q està triste y dar un abrazo con quien te has enfadado, los mayores hacen todo lo contrario. Confunden las adversidades con problemas, negàndose la oportunida de ser útil a los demàs, de demostrar su empatía y su solidaridad. Sin caer en la cuenta de q esa humanidad es la q nos hace crecero construir una mejor versión de nosotros mismos. Todos pasamos x malos momentos, eso no nos convierte en personas tóxicas, a veces la tristeza se instala sin kerer y te sientes débil para combatirla. Hay gente q cree q cuando tocas fondo es para tomar impulso, pero q desagradable es sentir q te ahogas y los demás se limitan a mirar en vez de ofrecer un salvavidas. Seguramente solo si sobrevives saldràs fortalecido, pero nadie te quita el trauma q has vivido, la soledad q has sentido y la falta de solidaridad inimaginada. Por eso…si a alguien le cuesta, tiéndele la mano para q salga a flote antes y sin necesidad de ningún desencanto o frustración. Samba Diop, un negro del mercadillo me dijo un día:
-Erkuden ¿Has visto alguna vez a un senegalés ir a pedir comida a Cruz Roja?
-No.
-Porque en nuestro país lo pasamos tan mal, q cuando a alguien le falta para comer, aunq no le conozcamos de nada, le acogemos y sentamos en nuestra mesa para compartir lo q tengamos.
Y acabó diciéndome: El español no hace eso, y tiene mucho màs q nosotros.
Descubrí un corazón en esas personas, q nosotros no estamos cultivando.
Gracias Erkuden! Me encanta tu aportación y reflexión.