Archivo por días: 28 de febrero de 2015

donde se cura el alma…(Santa Eulària, Ibiza)

CalaMastella

Quizás sea una de las emociones más gratificantes que experimento cada año… y es que siempre que aterrizo en la isla de Ibiza o voy acercándome en el ferri a este maravilloso paraíso, ocurre algo excepcional y complejo de explicar. Es como si mi cuerpo y hasta me atrevería a decir mi alma, encontraran el espacio dónde reside el verdadero descanso y dónde mi interior hace un «click» para integrar todo lo vivido durante el año.  Es cuando el tiempo pierde el sentido, aún hallándose presente la extraordinaria sabiduría y riqueza del pasado con toda su historia. Un pasado reconfortante, cristalino y limpio como las aguas de la isla; purificado, amable, acogedor, en el que uno se puede sumergir y dejarse llevar. Es entonces cuando mis pensamientos navegan antes que mi cuerpo por este hermoso escenario natural y vivo, con sus rincones y emociones que casan perfectamente, como si estuvieran hechas para comprometerse a darnos el descanso y la felicidad necesarios en ese preciso momento.

Como hijo adoptivo de la isla que me siento, (llevo ya más de 14 años pasando el verano en Ibiza), puedo decir que siempre descubro lugares nuevos, escondidos, regalos que la naturaleza preserva y ofrece en un alarde de generosidad, los cuales han sido y son como medicina para el alma… Santa Eulària es uno de ellos. Son muy conocidas las puestas de sol al otro lado de la isla, pero aquí en Santa Eulària podemos disfrutar de amaneceres únicos, irrepetibles, exclusivos cada día. Una experiencia que llena el cuerpo de sensaciones imposibles de expresar con las palabras que ya existen, quizás deberíamos inventar unas nuevas capaces de comunicar lo que el alma, el cuerpo y el espíritu sienten al ver como se asoma majestuosamente un sol que tiñe el cielo y el mar, como queriéndonos comunicar que tiene vida, su propia sangre.

Y es que se trata de eso: de su luz, del mar, del campo, de la naturaleza emergente que contiene este maravilloso rincón. Hoy quiero compartir la magia de Cala Mastella. Un lugar al que venir sólo o muy bien acompañado. Un espacio dónde encontrarse con uno mismo, con su esencia, con su «yo verdadero» y por qué no, con gentes con las que conectar. Un «quiet place» en el que se percibe como los hippies han sabido convivir con los pagesos, dónde se puede respirar el aroma que se desprende de una combinación entre el patrimonio, la cultura, la tradición… un respeto por algo que el universo esconde en un lugar casi sagrado, pero a la vez muy humano, invitándonos a abrazar lo que es.

Santa Eulària es considerada como la cuna de la Ibiza hippie, y quizás sea por eso que se puede palpar la libertad, el amor, la creatividad, la paz, la artesanía… un paraje inclusivo en el que cada persona tiene su sitio, no importa de dónde ni cómo vengas:

un lugar donde se cura el alma…

Alberto Rodrigo