¿Qué es lo que nos impulsa a crear? ¿En qué nos inspiramos? ¿De dónde nace la capacidad creativa en el ser humano? ¿Somos todos creativos? Conocemos el dicho de “ver para creer”, o “si no lo veo no lo creo”. Desde la comunidad proponemos un cambio y es ver para crear. Sin embargo para crear es necesario aprender a ver o a mirar de una manera diferente que implica fe: una visualización creativa que implica creer para crear.
Para crear es necesario desarrollar la capacidad de ver desde otro ángulo, y esto implica fe. Ver dónde otros no ven, quizás más allá de los ojos físicos. Se puede ver a través de ellos, a pesar de ellos; se puede ver en los sonidos, en los sentidos, el tacto, los olores… trascendiendo la visión digital y convirtiéndolo en algo mágico con lo que otras personas son capaces de conectar, ser inspiradas y quizás motivadas para realizar algo que nunca antes hubieran descubierto sin esa otra mirada.
Vivimos en un mundo saturado o enriquecido por estímulos visuales, entre otros. La publicidad está en cada esquina, en las calles, en nuestros dispositivos móviles. Diariamente miles de imágenes nos abordan y desbordan hasta el punto de creer que pasan desapercibidas. Pero nuestro cerebro las retiene y selecciona de manera inconsciente.
Pero no es lo mismo ver que observar, así como tampoco es lo mismo oír que escuchar. Cuando vamos a un museo o a una exposición ponemos atención plena a la obra que estamos mirando, nos paramos y nos permitimos ver aquello que se esconde detrás y a través de la obra, despertando en nosotros esa capacidad de crear también al haber sido fecundados por la inspiración de esa pintura, fotografía, escultura o instalación artística.
Lo mismo sucede cuando vamos a un concierto. Quizás estén interpretando esa canción que hemos escuchado cientos de veces en casa, pero esta vez estamos allí con toda nuestra atención y sentidos disfrutando de la música en vivo, y no sólo del sonido, sino del espectáculo al completo, la manera de moverse de los músicos, los gestos, la energía que se produce en su interactuación con el público. Esto es otra forma de ver.
Y en todo esto Joan Crisol es un especialista en sacar lo mejor de cada persona a la que retrata, no sólo a través de su cámara, profesionalidad y su técnica, sino a través de su sonrisa y de la capacidad que tiene de crear un espacio, una atmósfera cómoda, y cálida en la que el o la modelo son capaces de ser éllxs mismxs.