
Foto: joancrisol.com
Visito la distancia entre mi cuerpo y el que fue, distancia que me acerca a ser yo mismo, hoy más que nuca.
¿Dónde han quedado esas palabras lanzadas al cielo? ¿Que hay en esos huecos, agujeros llenos de experiencias, vivencias, duelos, muertes que llevan a renacimientos?
Toma mi mano, desde lejos si aún puedes sentirla, ayúdame a encontrarme, porque no sé quién soy, ni cuánto de mí se ha quedado en el camino.
Y no, claro que no quiero cantar, al menos no quiero hacerlo con las canciones de siempre ni de la misma forma, sin embargo el alma me lo pide, y quisiera desnudar mi voz por completo para cantar una nueva canción. Quizás así esa distancia se acorte.
¿Pero tú quién te has creído que soy? ¿Y hasta dónde crees que puedo soportar esta tensión que me separa de mí, de ti?
¡Claro que creo! ¿Aún lo dudas? Me paso la vida creando y creyendo… Me da la sensación de que no te estás enterando de nada, como tantas veces me sucede a mí.
Y si pudieras por un momento bajar a explicármelo, al menos entendería algo. ¿Tanto te cuesta? ¿Tú que lo sabes todo, que lo puedes todo? No pido tanto… al menos tomémonos un café junto al mar, veamos una puesta de sol o demos un paseo por la ciudad en la que suelo encontrarte, donde descubro un poquito mejor quién soy.
No me dejes así, que me duele, no dejes que sea yo quién te descubra, porque llevo varias vidas haciéndolo, y parece que cada vez sé memos de ti. ¿Quién te has creído que eres?
Y sin embargo tu distancia me cautiva, me seduce, me atrae más hacia ti…
Desde la distancia.
Alberto Rodrigo