
¿Quién soy yo? ¿Quién eres tú? ¿Quiénes somos realmente? Difícil pregunta a responder, me lo pregunto y me lo he preguntado varias veces. ¿Soy aquél que se supone que debo ser, o simplemente el reflejo de un espejismo, una fantasía? ¿O quizás sea la suma de todo lo que he vivido, he experimentado, he hecho y hasta he pensado?…
Ahora que las redes sociales juegan un papel tan importante en nuestra sociedad y en nuestras vidas… sí, esas redes en las que filtramos y elegimos mostrar u ocultar lo que somos, lo que sentimos y lo que vivimos. Donde tenemos 500 o quizás más de mil amigos y sin embargo no tenemos a nadie con quién quedar para tomar un café, una cerveza o ir al cine. Nos cuesta encontrar a una persona a la que mostrarnos tal y cómo somos, con nuestras luces y nuestras sombras, coherencias e incoherencias, nuestros valles y nuestras cumbres. Ahora que estamos en un cambio de paradigma personal y social que quizás no seamos capaces ni de apreciar o entender. Sí, ahora que me quedo a solas conmigo mismo, elimino el ruido interno y externo, me quito los disfraces, las máscaras y hasta la ropa… me miro al espejo y no me reconozco: Cuestión de Ser.
Y luego llega el Vicio, eso que ocultamos, que nos da pudor o hasta vergüenza mostrar, eso que no controlamos, que nos controla y nos enfada cada día. Eso que a la vez nos da placer y nos delata el ansia de descubrirnos, de encontrarnos, de conocernos, a través de ese vicio, que no es más que una anestesia para calmar el dolor que sentimos por una falta de pertenencia, de sentido, de aceptación, de pasión, de deseo, de identidad, de realización personal.
Quizás sea aquí dónde se encuentra la clave: en la realización personal, a la que me atrevo a llamar misión. ¿Conozco mi misión, mí para qué? ¿Conoces la tuya? La misión está totalmente relacionada con los dones, los talentos que nos han sido regalados en el momento de existir, de ser. Nos formamos, vamos descubriendo nuestras habilidades, nos entrenamos y las desarrollamos. Pero sólo algunos parecen ser felices con lo que hacen. ¿Por qué? Con humildad, y de manera determinante a la vez, creo que porque no sabemos cuáles son nuestros dones y nuestra misión en la vida.
Te propongo una sencilla formula:
SER + VICIO = SERVICIO
Mis dones, mis talentos, mi misión, aquello que hago por placer y en lo que podría pasar 24 horas al día haciendo sin cansarme, está totalmente relacionado con el descubrimiento del ser, de mi esencia y del «vicio», aquello que sale hacer naturalmente, casi de manera impulsiva y que me da placer, no desde una perspectiva meramente egoísta, ni mucho menos destructiva, todo lo contrario, desde la pasión, el impulso y casi la imposibilidad de dejar de hacerlo. Si sumamos estas dos ideas encontramos el sentido: el servicio. Somos llamados a servir y los dones nos han sido dados para ello.
Solamente cuando disponemos esos dones al servicio de los demás y no para el ego, es cuando alcanzamos la plenitud, la abundancia, el éxito, la gracia de vivir una VIDA con mayúsculas y con sentido. Descubre tu Ser, descubre tu Vicio.
Alberto Rodrigo
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