Archivo por meses: diciembre 2018

trece (relato)

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Jorge sube por las escaleras automáticas del aeropuerto de Madrid Barajas, un aeropuerto prácticamente vacío a esas horas, es medianoche y está esperando a embarcar en un vuelo para México DF. Extraño domingo. Horas antes se encontraba cantando en el altar de una iglesia en un lugar algo remoto de una Cantabria especialmente gris y lluviosa, lo normal para un trece de diciembre. Su mejor amigo le había pedido cantar en el bautizo de su primer bebé, la canción “Me abandono a ti”. Curioso título para enmarcar lo que está a punto de vivir, un abandono en todos los sentidos de la palabra.

Nada más terminar la misa y tras picar lo que le da tiempo, conduce hacia el aeropuerto de Santander acompañado de sus dos compañeros de camino, un trío destinado a romperse en pedazos, tantos pedazos como los que han quedado en el corazón roto de Jorge. Más que una despedida, es un abandono inconsciente. Pero Jorge es consciente de que algo está muriendo, lo que no sabe es que es la puerta para un nacimiento que en esos momentos es incapaz de imaginar.

No quiere hacer el viaje, un vuelo largo, un viaje solo hacia una gran mentira que le servirá para descubrir una gran verdad. Se siente estafado por adelantado y enfadado consigo mismo por no tener el valor de romper la tarjeta de embarque, mandar todo a tomar por culo y quedarse en Madrid. Parece que la ciudad escucha su deseo, pues años más tarde esa ciudad adopta, acoge y casi adora a un Jorge completamente reinventado…

Duerme durante todo el vuelo ayudado por un Miolastán y todas las cervezas que ha ido pidiendo más un vino tinto Cune, líquidos para ahogar y teñir un alma agotada, un corazón machacado, una pasión mutilada y unos sentimientos imposibles de interpretar. -Duerme Jorge, duerme, vuela Jorge, vuela-.

Aterriza en un país en el que ya había estado antes para dar conciertos, pero esta vez no viene a cantar, viene a contar y sobre todo a escuchar y observar lo que los “expertos” tienen que decir sobre algo de lo que no tienen idea alguna, aunque logren convocar a más de mil personas para hablar del tema. Jorge lo sabe, su intuición no le falla, antes de iniciar este viaje algo le decía insistentemente que no tenía que hacerlo. -¿Por qué no te escuchas Jorge? No te preocupes, en un par de años empezarás un máster sobre cómo escuchar no sólo a tu corazón, sino a tu alma y a tu cuerpo.-

Siempre ha sido buen observador y con una capacidad innata para discernir intenciones, ver más allá de lo visible y escuchar más allá de lo audible. Ahora sí que sí, se acabó la función. -Piensa y determina Jorge.-

A la mañana siguiente pasea por el Paseo de la Reforma una de las avenidas principales de México DF camino al barrio de la zona rosa. Se da cuenta de que se ha quedado sin crédito, todas sus tarjetas se han borrado a causa del imán que cierra el bolso en el que lleva la cartera. ¿Y ahora que hago? Jorge siempre se crece ante la adversidad, por lo que tras algunas llamadas, visita a un par de bancos, su carita de bueno y su poder de convicción, consigue el dinero necesario para anestesiar los días que le quedan en esa, hoy más que nunca, extraña y peligrosa ciudad. Pero Jorge nunca tiene miedo cuando se debería tener, sólo lo tiene cuando no conecta con el amor, y a pesar de todo lo que está viviendo, se siente muy amado y como si estuviera sobre algodones rosas.

Lleva ya más de cuatro años viajando en tren de Torrelavega a Madrid, no sabe muy bien si vive en el lugar de origen o en el de destino, porque cuando se trata de la vida, ésta tiene mucho más que ver que con el lugar en el que uno está empadronado y tiene su cepillo de dientes. Pero lo importante es que vive, no sobrevive, vive… ¡y cómo vive!

Suele coger el tren de las siete y veintinueve de la mañana que sale de Torrelavega sin estar muy seguro de si va o vuelve. Lo primero que hace es dormir con los auriculares bluetooth puestos escuchando a todo volumen sus canciones favoritas en Spotify. Cuando despierta se mide la glucosa y va al vagón-cafetería para regalar una sonrisa al personal y regalarse un café con leche mientras contempla el paisaje a través de la ventana. No importa si hace sol, llueve, nieva o está cubierto de niebla, Jorge a menudo se emociona ante las vistas, la conexión que siente con Dios y el profundo sentimiento de gratitud que le invade.

Justamente un mes más tarde de ese primer trece de diciembre llega otro trece, el de enero, día en el que conoce a Nahi , el amor de su vida.

Han pasado trece años desde aquel primer trece de diciembre y hoy, que también es trece de diciembre. Jorge no cree en las casualidades y crea las causalidades. Se encuentra regresando de Madrid y al tomar su café y ver la niebla de los campos castellanos se le empañan sus ojos, no es tristeza, es alegría, paz, amor y gratitud.

Hay números aliados que marcan nuestras vidas, también hay colores, lugares, personas, canciones que lo hacen, sólo es necesario observar y creer. Por eso Jorge cree que lo que V1V3 cada día es un auténtico milagro.

© Alberto Rodrigo 2018

10 Regalos para todos los bolsillos y sin ticket de devolución.

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Llega la Navidad como cada año y de nuevo nos sentimos inmersos en esa atmósfera de consumismo, buenrollismo temporal, compromisos familiares de usar y tirar, regalos con su ticket correspondiente por si hay que devolverlo, comidas y cenas de empresa más o menos afortunadas y deseadas, el agobio de saber qué comprar y a quién para fundir la paga extra, (el que la tenga), etc.

Pero este año me planto como lo llevo haciendo desde hace tiempo, para poner el foco en lo que realmente creo que es importante. Empezaré diciendo que no soy ningún enemigo de la Navidad, tampoco un forofo, entenderás por qué… No es mi intención ser un aguafiestas, todo lo contrario, me encanta celebrarlo todo y disfrutar de la vida, eso sí, con sentido.

Pienso que, salvo en algunas excepciones, tenemos mucho más de lo que necesitamos para vivir, sin embargo parecemos insaciables y tratamos de llenar nuestro tiempo, nuestras casas y nuestras vidas de cosas que son imitaciones de lo que verdaderamente tiene valor. Creamos amigos invisibles, virtuales, dedicamos más tiempo a las redes sociales y a los dispositivos electrónicos y otros entretenimientos a los que yo llamaría falsificaciones de lo que es la vida real.

Por ello, te propongo algunos regalos para hacer en Navidad o cuando te de la gana, porque no es necesario que sea Navidad o un cumpleaños para hacerlos, puedes hacerlo por San Quiero, te aseguro que son los regalos que mejor sientan.

1. Regala un abrazo. Sí, estas leyendo bien. Pero un abrazo de los de verdad, mínimo tres minutos en contacto con la otra persona, sin palmaditas en la espalda, corazón con corazón, sintiéndoos. Verás lo sanador que es, además es un regalo tanto para el que lo da como para el que lo recibe.

2. Regala una carta. Sé que no está de moda escribir y enviar cartas, pero aún se puede hacer, tarda algo más que un email o un whatsapp pero te aseguro que sorprenderá muy gratamente al que la reciba. También puedes enviar una postal, eso sí, hecha a mano por ti.

3. Regala un audio de whatsapp. Bueno, si eres un apasionado de la tecnología y quieres que la persona reciba tu regalo en el momento, puedes enviarle un audio con la siguiente premisa: bendecir, o bien-decir. Dile lo que significa para ti y todo lo bueno que ves en ella, lo que te aporta, sus cualidades.

4. Regala una manualidad. Si te gusta hacer cosas creativas y artesanales, haz un regalo único y especial para esa persona. El valor no estará en lo material sino en el tiempo y el amor que has dedicado para hacerlo. Utiliza materiales reciclados o naturales.

5. Regala una experiencia. Pero no de esas que venden en las grandes superficies con un catálogo de diferentes actividades para hacer y lugares a escoger. Una experiencia diseñada por ti y pensada especialmente para la otra persona. Puede ser un retiro personal, un concierto, una cena y peli en casa, ir al karaoke juntos, bailar, teatro, deporte… todo depende del gusto de la persona.

6. Regala un café o una caña con escucha activa. Puede resultar mucho más útil que una sesión de terapia, coaching, etc. Cada vez nos escuchamos menos y ser escuchado es un regalo enorme. Consejo: no aconsejes, escucha.

7. Regala tu tiempo. Sí, regala una tarde, una mañana o un día entero para estar con esa persona y hacer lo que queráis. Quizás este sea uno de los regalos más necesitados.

8. Regala contacto visual. Mira a la persona fijamente a los ojos durante más de tres minutos en un espacio de confianza y tranquilidad donde podáis conectar. Dejarse ver y mirar con detenimiento al otro es un auténtico regalo. Dejaos llevar…

9. Regala perdón. Nos herimos frecuentemente los unos a los otros, y muchas veces sin ser conscientes de ello, otras sí, pero sea como sea, el perdón es el mayor regalo.

10. Regala amor. ¡Haz el amor! Se puede hacer con la mirada, con el silencio, con las palabras, con una sonrisa, hay maneras infinitas de hacerlo, y también esa en la que estás pensando.

Esta es sólo una lista con diez ideas que seguramente tú puedas ampliar, da rueda suelta a la creatividad con amor y dedicación te animo a que lo pruebes. ¡Ah! Y no vale entregar un ticket para devolverlo.

Alberto Rodrigo