Mirarse amablemente
¿Existe otra manera de mirarse a uno mismo, a los demás y al mundo en el que vivimos? La actitud y en enfoque que tenemos hacia aquello que se nos presenta por delante es crucial a la hora de interpretar la realidad. A la vez, tiene mucho que ver con las decisiones que tomamos, nuestra manera de actuar y las personas de las que nos rodeamos.
Es por esta razón que en Más Vida te proponemos desarrollar una mirada amable, algo que a veces nos cuesta tanto, y que estamos más acostumbrados a juzgarnos y criticarnos, no sólo a los demás sino incluso hacia nosotros mismos.
Gema Abuin
Gema Abuin nos cuenta su experiencia en este asunto. Sugiere la necesidad de diseñar espacios amables en los que conectar con nuestra esencia, nuestro potencial, nuestras necesidades, nuestras sombras… Lo importante es reconocerlo, abrazarlo y hacer algo positivo con todo ello.
Nos presenta la gratitud como una llave poderosa con la que emprender nuevos caminos que nos acerquen, no sólo a nuestros objetivos, sino hacia algo aún más profundo: nuestra misión. Para ello, es importante recordar lo vital que es mirarse amablemente.
Si tomamos responsabilidad en todo esto podremos convertirnos en la fuente de aquello querremos que ocurra. No es tanto un camino de esfuerzo ni de resistencia, más bien se trata de sintonizar con la vida y fluir en su cauce.
Gema comenzó a escribir para dejar constancia de los pensamientos que la acompañaron durante el proceso de recuperación de un aneurisma cerebral. Quería describir su evolución. Además, se vio con el deseo y la ilusión de compartir sus reflexiones y experiencias. Aquellas herramientas que la ayudaron a construirse pueden ayudar a muchas personas en situaciones similares.
Ella es consciente de la importancia de iniciar un nuevo camino y aprender de los tropiezos. No es la fórmula de la Coca Cola. Requiere tomar consciencia de que eres el protagonista de tu historia. Este proceso conlleva distintas fases, muchas de ellas muy duras. Desde superar la negación a la celebración de haber sobrevivido, el camino conlleva asumir que aquello que parecía imposible no lo era.
En mi caso, estoy en ese primer escaloncito, desaprendiendo aquello que aprendí mientras llevaba puestas una gafas oscuras, casi opacas.
Su trabajo es una invitación a la sonrisa sin importar las circunstancias. A entender la gratitud como una actitud ante la vida.
Cuando nuestra mirada es amable, cuando generamos espacios amables, influimos en los demás, es algo que inspira, contagia y crea una vida mucho más saludable y abundante.
Alberto Rodrigo