Caminamos hacia la primavera y se nota, los días son cada vez más largos, amanece antes, hay más luz y una temperatura más cálida. Va pasando el invierno, tiene los días contados y se esfuman los meses que para algunos son los más fríos y duros del año. Pero es necesario transitar todas las estaciones, las meteorológicas, las espirituales, las del alma. Unas son para que puedan ser las otras, sin noche no hay día, sin luz no hay sombra. Es la luz la que activa y permite que nuestras sombras se vean.
Así que lo que es está bien, también lo que fue y lo que será, siempre y cuando nos mantengamos serenos en la barca de la confianza, dejándonos llevar por el soplo del espíritu.

¿Qué es el espíritu si no fiesta? Es la guinda del pastel, la savia que nutre la vida. No hay vida sin espíritu: fiesta, alegría, comunión, fe, esperanza, purificación, sanación, gracia… estos y otros más bailan al ritmo del espíritu, pero no es un espíritu cualquiera, que va.
¿Qué es el espíritu si no fiesta?
Vamos hacia la primavera, así que es tiempo de abrirse, de empezar a despertar a la vida con espíritu y florecer.
Bienvenido espíritu.
© Alberto Rodrigo. 1 marzo 2022